Autismo (Parte II)

Cuando un padre sospecha que su hijo puede padecer de autismo, porque ve que no se comunica bien con el entorno, porque no responde cuando se le habla, o no sonríe como los otros bebés, generalmente inicia una odisea en busca de un diagnóstico, al que no siempre se llega con facilidad.
De hecho, no hay exámenes físicos que permitan saber si un niño padece de autismo. El médico comienza a averiguar acerca de la historia del desarrollo del niño, y realiza el diagnóstico sobre la base de las observaciones de su conducta, y de los resultados de exámenes que permitan evaluar sus habilidades lingüísticas, la coordinación motora, la audición y la visión.

Para descartar que el problema de conducta se deba a un desorden físico o fisiológico (como la epilepsia), se puede efectuar un electroencefalograma. También se realizan análisis de orina y de sangre para descartar problemas metabólicos. Generalmente se llega al diagnóstico luego de que el niño fue examinado por pediatras, psiquiatras, psicólogos, especialistas en educación y en habilidades del lenguaje.

Tratamientos a la medida de cada problema

No hay una terapia curativa para este desorden. Sin embargo, los chicos pueden tener una mejor calidad de vida con determinados tratamientos. Los especialistas señalan que uno de los conceptos erróneos que existen es que no se puede hacer nada por los niños que padecen autismo.
En realidad, los autistas que poseen un desarrollo normal de la inteligencia tienen grandes posibilidades de socialización, cuando cuentan con el apoyo de la familia y son tratados por un equipo multidisciplinario de terapeutas, como psicólogos, psiquiatras, neurólogos, y fonoaudiólogos.

Con respecto a la educación, es posible desarrollar un programa de educación individualizada que apunte a los problemas específicos del niño. Esto incluye una terapia del lenguaje.
Los tratamientos apuntan a enseñarles a modificar conductas a través de la educación y del juego simbólico.
Se busca desarrollar recursos alternativos de comunicación en los chicos.
En algunos casos se utilizan medicamentos que tienden a mejorar los trastornos asociados, como las conductas obsesivo-compulsivas o de autoagresión.
Pero, señalan los especialistas, lo principal es enseñar métodos comunicativos y lograr que las personas con autismo aprendan a organizar la conducta.

La doctora Catherine Berthélémy,Francia, señaló recientemente que los niños con autismo procesan la información proveniente del medio de manera diferente a los demás niños. Y, en este sentido, los especialistas desarrollan terapias mediante juegos simples, respetando el ritmo de cada niño. Según la especialista francesa, los resultados muestran que la habilitación temprana de las funciones psicofisiológicas básicas del niño contribuye a que él pueda comunicarse con los demás, y facilita el desarrollo psicológico.

En suma, los expertos coinciden en que es fundamental la estimulación temprana de los niños, y desarrollar una terapia a la medida de cada problema. De este modo, si bien el trastorno, por el momento, no tiene cura, es posible mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

CONSULTE SOBRE ESTE TEMA Y OTROS EN: http://www.wortix.com

articulo:http://buenasalud.com

Comentarios

Entradas populares