Cigarrillos durante la gestación: un hábito nada recomendable

De acuerdo a los especialistas, el tabaquismo atenta de diversas formas contra la mujer embarazada y su hijo en gestación. Y lo mismo ocurre en la mujer que intenta quedar embarazada. En esta nota, los distintos peligros que presenta el cigarrillo durante el embarazo, los últimos estudios que fundamentan la necesaria precaución y los tratamientos a los que es posible recurrir para abandonar el hábito de fumar.


El tabaco promueve gran parte de las enfermedades no transmisibles: la enfermedad cardiovascular, y más específicamente la enfermedad coronaria, el accidente cerebrovascular, distintos tipos de cáncer - principalmente los de pulmón, laringe, esófago, vejiga, útero-, la enfermedad pulmonar obstructiva respiratoria (EPOC) y el enfisema pulmonar; pero en la mujer que fuma, a todos estos peligros, hay que agregar los riesgos que el tabaquismo implica para el embarazo e incluso para la concepción de un niño.


Pero el cigarrillo es un problema aún antes de que la mujer quede embarazada. En la mujer, el cigarrillo trae varios problemas relacionados con la concepción. Principalmente, porque la nicotina es una sustancia química que funciona como un potente espermicida, por lo que muchas jóvenes que fuman en gran cantidad no pueden quedar embarazadas. Sucede que el sulfato de nicotina es una sustancia muy tóxica, que incluso es usado en algunos lugares como plaguicida.


Por otro lado, el cigarrillo en la embarazada favorece numerosos inconvenientes de distinta gravedad, como el desprendimiento temprano de la placenta, la muerte prematura del feto, el parto prematuro, el bajo peso del neonato y la muerte súbita del lactante. Mientras algunos de estos inconvenientes implican directamente la muerte del bebé en gestación, otros atentan contra la calidad de vida futura del mismo, pues el parto prematuro y el bajo peso al nacer comprometen la salud del recién nacido.


Además, está demostrado que el recién nacido de una madre fumadora tiene mayor riesgo de padecer infecciones en los pulmones y en los oídos, y otras enfermedades como el asma y la pulmonía.


Humo femenino en aumento


Pero a pesar de los serios riesgos que implica el cigarrillo para la salud de las mujeres, junto con el riesgo de suscitar inconvenientes que puedan llevar a mal término el embarazo, las damas cada día fuman más. Según estadísticas norteamericanas, cada año empiezan a fumar en los Estados Unidos alrededor de 3.000 adolescentes, de los cuales 2.000 son mujeres. Desde el año 1987, el índice de mortalidad por cáncer de pulmón en mujeres (asociado fuertemente al tabaquismo) es mayor que el cáncer de mama, y sigue creciendo mientras que los índices de cáncer de pulmón en varón se mantienen o disminuyen.


En las últimas dos décadas, la prevalencia del uso del tabaco en las mujeres aumentó más en las mujeres que en los hombres. Según algunos expertos, el incremento resulta de la suma de varios factores, entre los que se destacan la concentración de la publicidad de la industria tabacalera sobre mujeres y jóvenes, y el hecho de que el cigarrillo representa para la mujer un símbolo de liberación económica y cultural del varón.


La publicidad del tabaco dirigida a las mujeres siempre tiene mensajes que lo asocian con la emancipación y el éxito social, profesional, personal y sexual. Estas estrategias son muy efectivas y deben ser especialmente contestadas en los programas de control del tabaquismo en la mujer.
Lo más grave es que hay diversos estudios que sugieren que el cigarrillo es más nocivo para la mujer que para el hombre. Aparentemente hay una mayor sensibilidad en algunos elementos genéticos característicos de la mujer, tal es así que se estima que un paquete de cigarrillos que fuma el hombre equivale a 1,7 paquetes de cigarrillo para la mujer.


Tratamientos para un hábito insalubre


Existen muchos métodos para dejar de fumar, como la acupuntura, los tratamientos homeopáticos, la hipnosis y los grupos de autoayuda, entre otros. Personalmente, yo no estoy en contra de ningún método, a mi lo que me interesa es que la gente deje de fumar y tenga una mejor calidad de vida.


Con respecto al tratamiento farmacológico convencional del tabaquismo, está destinado a toda aquella persona que intentó dejar de fumar por otros medios y no pudo lograrlo sola. En otras palabras, el tratamiento farmacológico es la última línea de contención para aquellos que buscan dejar de fumar.


Si bien se utilizan distintos tipos de fármacos para el tratamiento, estos se dividen principalmente en dos grupos: los medicamentos sustitutos de la nicotina y los psicotrópicos. Los sustitutos de nicotina tienen varias presentaciones (parches, chicles, entre otras), y se utilizan para limitar de alguna manera la necesidad que tiene el sujeto de fumar, pero no las ganas; las ganas de fumar no sólo están relacionadas con la nicotina, sino con el modo de administración de la misma.


Los psicotrópicos sirven para regular el humor de la persona que deja de fumar, para calmar parte del síndrome de abstinencia que no puede calmar la nicotina por sí misma.
Es importante que la mujer que planea su embarazo deje de fumar antes de quedar embarazada, pues una gran parte de los medicamentos que se utilizan para ayudar a la persona a dejar el cigarrillo están contraindicados para la mujer embarazada.

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