Otosclerosis: no hay peor sordo…
La otosclerosis se define como una enfermedad crónica del oído en que el hueso esponjoso que rodea el laberinto del oído y los huesillos de éste pierden la facultad de conducir el sonido.
La causa exacta de la otosclerosis es desconocida. Se han hecho pruebas para determinar si es o no hereditaria, si obedece a deficiencia de vitaminas o fallas de la función glandular, pero ninguna de ellas ha resultado lo bastante concluyente para establecer la causa primaria.
La otosclerosis es más frecuente en mujeres que en hombres. A menudo el primer síntoma es un molesto zumbido de los oídos y una pérdida gradual y progresiva de la audición.
Al principio puede afectar solamente un oído, pero con el tiempo termina afectando a los dos. A veces el paciente conserva la suficiente audición para seguir una conversación normal, pero en otros casos se ve obligado a utilizar un otófono o aprender a leer el movimiento de los labios.
Conozca los síntomas
El otorrino mexicano Augusto Lora sostiene que la pérdida gradual de la audición constituye un indicio casi cierto de otosclerosis, pero los otólogos han ideado pruebas para confirmar el diagnóstico y asegurarse de la ausencia de otros factores que pueden afectar la audición. En la otosclerosis se emplean varios tipos de tratamiento, incluidos el control cuidadoso de la dieta, el suministro de vitaminas, medicamentos para aliviar los zumbidos, extractos glandulares para corregir la deficiencia glandular y procedimientos quirúrgicos.
El tratamiento más positivo es la operación de Lempert, en la que se practica una abertura desde la estructura exterior de hueso sano hasta el oído interno. Este método de cirugía, denominado fenestración, ha tenido éxito total o parcial en gran número de casos, pero por lo general sólo es posible cuando los nervios están incólumes.
Otra operación restaura el movimiento del estribo, uno de los cuatro huesecillos que establecen contacto con el tímpano del oído.
Causas
La pérdida completa o casi completa del sentido de la audición se debe a una variedad de males que afectan las funciones del oído. La sordera puede ser congénita o adquirida. Puede ser causada por una infección en uno o ambos oídos. Puede resultar de otra infección en el cuerpo, tal como la meningitis, fiebre escarlatina, sarampión, tos ferina o neumonía, o deberse al daño sobre el tímpano debido a un golpe o accidente.
También puede ser causada por histeria. Si el oído se encuentra sujeto a ruidos altos incesantes por largos períodos, la audición puede ser dañada, y una explosión violenta y súbita puede ser la causa de la sordera instantánea.
Como anteriormente se citó, la otosclerosis es una de las formas más serias de sordera, causada por crecimientos óseos en el oído interno, que previenen la conducción del sonido y por lo tanto previenen la audición. A medida que la persona envejece estos crecimientos empeoran progresivamente. La fenestración ha sido realizada exitosamente por los cirujanos del oído en casos de otosclerosis. De cada nueve pacientes que han sido sometidos a esta operación en el mundo, siete se recuperan totalmente y dos parcialmente.
Uno de los problemas más serios en el diagnóstico es determinar el grado exacto de sordera. Los otólogos someten a la persona afectada por la sordera a una serie de experimentos científicos altamente técnicos. El audiómetro es uno de los aparatos usados para ensayar la audición defectiva. Cuando la pérdida de la audición se debe a infección, hay que tomar inmediatamente las medidas necesarias para detener el progreso de la infección. Si se forma material infectado en el oído medio, la presión debe ser liberada rápidamente.
El tímpano puede ser perforado antes que ocurra daño permanente, añade Lora. Las infecciones en la garganta o en la parte posterior de los pasajes nasales que comunican con el sistema auditorio interno deben ser atendidas para prevenir su propagación.
Cualquier pérdida de la audición, por más leve que sea, y sin tener en cuenta la causa, debe ser atendida rápidamente por un otólogo.
Las ayudas auditivas
El desarrollo de las ayudas auditivas es un gran alivio para los sordos y las personas con problemas auditivos. Se han desarrollado ayudas auditivas efectivas a un costo razonable para atender a varios tipos de sordera.
Generalmente los dos tipos de ayuda auditiva son: los que actúan por conducción de aire y los que actúan por conducción ósea Deben realizarse ensayos por parte de especialistas para determinar el tipo de ayuda auditiva más apropiada para el individuo. En el caso de los niños, la ayuda auditiva debe ser usada tan tempranamente como sea posible, y el niño debe ser enseñado a usarla correctamente de manera que se pueda ajustar a su mal a una edad temprana.
La lectura de los labios también puede asistir al sordo o a la persona parcialmente sorda a llevar una vida activa normal, y existen escuelas donde personas de todas las edades pueden aprender a leer los labios.
La persona cuya audición es deficiente, no debe retirarse dentro de sí misma y olvidarse de la vida activa que se desarrolla a su alrededor. Con la ayuda de los especialistas del oído, ayudas de audición, lectura de los labios, más paciencia y coraje, puede sobreponerse a su condición y vivir una vida plena.
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